A este señor le va a crucificar la horda de corrección política que nos asola.
Pero a quienes se les tendría que caer la cara de vergüenza es a las miles de mujeres que mienten y hacen un mal uso de la herramienta de la ley de violencia de género les ha dado. Ante un divorcio, denuncian a sus maridos por motivos espúreos, y en 24 h le tienen fuera de casa, sin los hijos, y ponte a demostrar, en un proceso que dura años, que no es cierto. Son ELLAS, las mentirosas, quienes están auténticamente maltratando a las mujeres que sufren realmente la tortura del maltrato conyugal.
De hecho, esas estadísticas que se han esgrimido para echar basura sobre Toni Cantó (y contra todo aquel que critique la presunción de culpabilidad que subyace bajo esta legislación infame) evidentemente no reflejan en absoluto la falsedad de una denuncia de violencia de género, pues es muy difícil demostrar que NO se ha pegado a una mujer, cuando la ley da por hecho de partida a priori, que ERES CULPABLE DESDE EL MOMENTO EN QUE PORTAS TESTÍCULOS. No sé si la «mayoría» (como afirmó Toni Cantó en su tweet) o la minoría son denuncias falsas, pero lo que todo el mundo sabe, pero no declara públicamente, es que hay MUCHAS denuncias que sólo son medios de obtener una ventaja estratégica en un proceso de divorcio no amistoso.
El problema de la violencia de género es muy delicado, y haciendo un chiste matemático, es un problema COMPLEJO, porque tiene una parte real y otra imaginaria. Hay que fomentar que las mujeres que realmente están aterrorizadas, vean que la denuncia y los mecanismos de protección vana ampararlas, pero para ello, no es buena solución dar semejante arma de destrucción masiva a TODAS las mujeres, porque estaríamos defendiendo (salvando las distancias) la misma postura que la Asociación Nacional del Rifle norteamericana, y es que para que cuando te entren en casa, tengas algo con lo que defenderte, todo pichichi tiene que guardar un M-16 en su casa y luego pasa lo que pasa. Estas actitudes maximalistas sólo logran convertir un problema en varios, y evidentemente no son la solución.
¿La solución?: que se le den herramientas legales a los jueces para evitar posibles abusos de la ley, es decir, que si una denuncia no se demuestra posteriormente de forma fehaciente que es real, se pueda hacer caer el peso de la ley sobre la falsa denunciante. Que no se niegue de forma hipócrita que existen casos de este tipo, pero eso ya sé que no es políticamente correcto.
Azote de la Indolencia 