Archivo | diciembre, 2015

Cataluña y «los ricos»

24 Dic

Supongo que desde fuera de España observaran nuestras evoluciones sobre el tema catalán con el mismo estupor que a nosotros nos provoca la libre tenencia de armas en Estados Unidos y sus masacres asociadas, por ejemplo.

Y es que a pesar de que la izquierda suele contar entre sus filas a grandes intelectuales, nadie sabe exactamente la razón de por qué a la izquierda española le parece tan buena idea el que una zona próspera y rica en recursos como Cataluña pueda decidir por sí misma si quiere o no seguir pagando impuestos como corresponde a una región donde se concentra una renta per cápita por encima de la media. ¿Les parecería tan buena idea hacer un referéndum para saber si quieren desvincularse del Estado y sus impuestos (que por definición son «impuestos», valga la redundancia, ya que nadie paga impuestos voluntariamente) en el barrio del Viso de Madrid o en Pozuelo? Es muy mala idea preguntar a «los ricos» si quieren seguir pagando impuestos diciendo que lo que se pretende es convencerlos de lo bueno que es seguir pagándolos: Es imposible convencerlos porque la cuenta siempre, por definición, sale desfavorable a sus intereses. Por eso el problema catalán nunca se resolverá.

Perdón, el tema catalán sí tiene solución: haciendo saltar por los aires el sistema impositivo moderno que grava a ricos para distribuirlo entre los que menos tienen, es decir, la base de las políticas sociales. Por eso resulta tan chocante que grupos autodenominados de «izquierdas» y no temibles hordas del Tea Party norteamericano, sean los artífices de semejante demolición.

Definitivamente la ultraderecha más cavernaria ha conseguido infiltrarse y dinamitar a la izquierda desde dentro (bueno, en el PSOE resisten todavía algunos resquicios izquierdistas coherentes) mezclando el blindaje constitucional de los derechos sociales con la demolición del principio de solidaridad impositiva que significa el referéndum catalán.

Otra solución es que se obligue a pagar impuestos a los que más tienen, ya estén en Cataluña, Teruel, Cádiz o Xinzo, vamos, lo que viene siendo un Estado Moderno del Bienestar ejerciendo su fuerza coercitiva. Llamadme loco, pero un Estado en el que no se pueden imponer impuestos, es un Estado llamado a la disolución, dejando por el camino a todos los débiles tirados en la cuneta.