Pandemia intelectual: las etiquetas

11 Jul

Etiquetar es una forma eficaz y rápida de manejar grandes cantidades de objetos. Es la forma preferida que ha encontrado el sistema industrial de reducir costes, y es imitación del proceso natural de búsqueda de patrones que nos permite subsistir en un entorno amenazante y cambiante con información siempre escasa.

La era de la información ha traído consigo una super abundancia de datos que poco a poco nos ha abrumado. En lugar de enriquecer nuestros cerebros, ha provocado el efecto inverso: la desinformación por desorientación.

La población moderna no sabe qué es lo correcto porque hay información abundante defendiendo cualquier tesis: una, la contraria y otras 10 que ni se te habían ocurrido. Ya no hay intelectuales (tres o cuatro) que dictan corrientes de pensamiento, sino 2.000 youtubers cada uno con una forma de ver las cosas, forma pensada únicamente para ser diferente (que no correcta o fundamentada). Sólo se busca la originalidad por la diferencia con los demás.

La mente humana moderna ha reaccionado a este aluvión de informaciones de todo tipo aplicando etiquetas que nos informen de un vistazo si esto es kas naranja o kas limón para no tener que profundizar dado que el volumen de información lo ha hecho imposible.

Consecuencia final: la polarización sin matices: o eres Kas naranja o eres Kas limón. No hay más. Y si eres uno u otro, entonces tienes que defender esta lista interminable de argumentos, que son inseparables de que te guste la naranja o el limón. Si te pones a razonar, te vuelves loco pues estos productos prefabricados de pensamiento, de pose, están repletos de contradicciones.

Sólo los más preclaros saben separar y deglutir el caos mediático. Y aunque esto ha ocurrido siempre (que la gran masa es ignorante y sólo unos cuantos comprenden el fondo de las cosas), ahora es que la masa, además de ignorante, cree respaldados sus argumentos por «Internet», que es el gran vomitadero de basura intelectual de la Humanidad moderna.

Dentro del pack ideológico progre tenemos la defensa de la libertad sexual pero también la coacción de la libertad de expresión a base de tener el control de comunicación. Se defiende la libertad de las mujeres y su emancipación  mientras se simpatiza con la cultura musulmana, opresora como pocas de las mujeres, a las que considera poco más que mulas.

Dentro del pack conservador tenemos la libertad como lema para casi todo mientras se alinea con las posiciones más rígidas del cristianismo.

Esta polarización es consecuencia de la falta de tiempo para la reflexión dado que la oferta de entretenimiento se ha disparado exponencialmente y su consumo ha fagocitado el tiempo disponible para la introspección. No hay tiempo de reflexionar entre alerta y alerta de youtube, capítulo y capítulo de tu serie favorita, entre meme y meme de whatsapp y el aluvión de newsletters de noticias a la carta.

Resultado final: que la más probable solución a la paradoja de Fermi (¿Dónde está todo el mundo?) es que las civilizaciones avanzadas con tecnología suficiente no lo hacen simplemente porque la usan para autodestruirse en lugar de para colonizar otros mundos.

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